La producción de café en el mundo se divide en dos grande grupos:
El Arábica y el Robusta, entre ambos suman el 98% de la producción mundial. El tercero es el café libérica, que es un café de muy poca producción.
El café antes de llegar a nuestra taza pasa por una sucesión de procesos de producción y elaboración que le aporta distintos niveles de calidad.
Una vez plantado el cafeto necesita tres o cuatro años para dar su primera cosecha. La duración de su ciclo de vida es de unos 20 0 25 años según la especie y las condiciones de cultivo.
Un café cultivado a la sombra, siempre es una garantía de calidad frente a un café con una producción más industrial cultivado al sol.
Al igual que un café cultivado en altura tiende a ser garantía de un café más aromático y suave, y por lo tanto mejor café.
El café Arábica tiene un sabor más delicado, ácido, y un aroma más refinado que la variedad Robusta. El café Robusta tiene mayor contenido de cafeína, un sabor más fuerte y terroso, mayor amargor.
Los cafés Arábica representan cerca del 65-70% del mercado y los Robusta el 35-30%.
Las variedades de cafés arábicas se cultivan en Centroamérica, Sudamérica, Asia y Este de África y las variedades robustas son cultivados sobre todo en África aunque también hay algunos cultivos en Brasil y Asia.